domingo, 16 de diciembre de 2007

Sacar del armario (el esmoquin)


Hacía ya tiempo que tenía ganas. Las costumbres cambian, a veces para mejor, pero en otras cosas está claro que hemos perdido… Estoy hablando de moda. Me encantan los esmóquines. Cada vez que veo una de esas fiestas de cine en California, o las noches de la Vanity Fair, o aunque sea una recepción coñaza del Rey en Zarzuela, y contemplo ese desfile de esmóquines, me corroe la envidia. Y mira por dónde en una tarde de sábado en la que me encontraba desolado por tamaña desgracia, mi madre me dio la alegría del mes: hijo, tu padre tiene un esmoquin precioso… Hace poco más de treinta años, lo de ponerse esmoquin en España no tenía tintes de disfraz. La noche grande de las ferias (al menos las andaluzas), una cena de gala o una fiesta un poco más elegante de lo normal, y hala, pajarita. Por supuesto, la conversación acabó en sacar la prenda del armario y La Semana Fantástica probándosela… En el chaleco, una fecha: 1-X-1971. La chaqueta, perfecta. El pantalón, muy grande. Pero arreglable…

La segunda parte de esta historia con final feliz viene de la mano de Rosa, una de esas amigas mías que nunca leen el blog. La semana pasada fue su 31 cumpleaños, y no se le ocurrió mejor idea que montar una Fiesta Alfombra Roja. Pues eso, una fiesta en un local en el que uno podía ir vestido como gustase, pero los más elegantes serían bien tratados. Y ahí fuimos una buena colección de nostálgicos de la etiqueta a emborracharnos… pero con elegancia. Con la inestimable ayuda de los arreglitos de última hora de Andrés (te veo en el recreo), allí que me planté.

El testimonio, aquí abajo. Qué alegría que existan los Zaras, H&Ms, Pull and Bears y demás tiendas democratizadoras (no hace tantos años, encontrar prendas para hombre que se saliesen del jersey liso sin tener que comprar ropa de diseñadores era una utopía), pero qué bien que volviesen aquellos tiempos de fajines y zapatos de charol…
















12 comentarios:

Pi dijo...

Pero tíooooooo!!!! eso me recuerda a cierta fiesta lounge, con menos nivel, claro, pero muchísima ilusión.
Qué tremendo guapetóoon. Madre mía!!!
Y sobre Rosa... nunca faltan esos amigos que NUNCA leen, ni leerán el blog. Ayyayayayy.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Eso es una puñaladita, Pi? No lo dirás por mí, no, pendeja?

Julio César dijo...

fuiste el más elegante, sin duda alguna, vamos.
y al final: putas burbujas del champán que no?

Emilio Ruiz Mateo dijo...

He oído que la resaca sabatina fue generalizada... pues no es mi caso. Me levanté bastante bien. Se rumorea que había garrafón... Eso dice la Sailor, al menos.

Pi dijo...

Oye, yo puñaladitas las justas, lo sabes, pero ya se ve... la fama.
No, no iba por tí, claro que no.

teveo dijo...

que divertido,que divertido,que divertido y que guapeton que estas,todo el mundo queria estar a tu lado.

Anónimo dijo...

madre míaaaaaaaaa, que guapo, si es que eres fantástico..., muy elefante, si señor!.
Humildad y sencillez no nos falta a ninguno...jajaja

Anónimo dijo...

emilio de atocha era el chico mas elegante de la fiesta!! sisi

Patrice dijo...

Qué bellos todos!

Anónimo dijo...

Que grupo de personas más glamorosas y elegantes. Definitivamente, el chulazo de la fiesta era la semana fantastica. Que estilo que, puedo oleros desde aquí a CH, Chanel, CK, HG, en fin ..............A mi me pasa como a ti semana, me encantaría ir a una de esas fiestas estilosas que salen en las peliculas norteamericanas de los años 50 y 60.
En fin como yo no tengo ni frac ni esmoquin, y soy un currante que no tengo más remedio que ir de chaqueta todos los días.............A mi me resultan más asequibles las fiestas Mito.
Ole, ojalá todos aprendiéramos a derrochar, estilo, saber estar, elegancia como lo hacéis vosotros!!!!

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Pero bueno! Que parece que he puesto las fotos para que me piropeéis! Bueno, un poco sí, jajaja
Vengo de tomarme unas setas (no-alucinógenas) y unos chupitos de hierbas por los bares de los martes de Madrid. Qué bueno cuando se rompe la rutina así sin darse uno cuenta.

Anónimo dijo...

la rutina pide a gritos ser rota