sábado, 28 de marzo de 2009

Fangoria 1, Almodóvar 0

En estos meses en los que parece que todos mis ídolos fetiche dan a conocer nueva obra (Morrissey, Álvaro Pombo, Pet Shop Boys, Lars Von Trier…), debo hablar de dos de ellos, que me han sorprendido: uno para bien, otro para mal.

Además, prometí que comentaría el disco de Fangoria cuando publiqué en primicia al más puro estilo Patiño el primer single… Y yo soy muy cumplido. Pues bien, el disco resultó mucho mejor de lo esperado. Acostumbrado a charlar con fansfatal de siempre que se quejan del declive del grupo, tuve que darles la razón con El extraño viaje, el anterior disco. Flojito, flojito… Sucede que Absolutamente, recién publicado, es harina de otro costal. Será que lo han grabado en Londres, que se han parado un poco más a cuidar letra y música, que cada vez se parecen más a Camela en algunos momentos pero vuelven la vista atrás a Dinarama en otros (mezcla explosiva), que Olvido cuida más la voz (me pregunto cómo lo va a hacer en directo…) y la producción juega más con segundas voces y pistas, que tiene canciones que uno convierte en clásicas desde la primera escucha (esa La pequeña edad de hielo, esa Absolutamente), o será que el último tema me tiene hipnotizado desde el primer día: Ensayo para una despedida.


Cuando ya pensabas que se estaba agotando uno de los grupos que mejores ratos te ha hecho pasar en tu vida, y vuelve a hacerlo bien… te pones de buen humor. Todo lo contrario que me ocurre con Pedro Almodóvar y Los abrazos rotos. Después de La mala educación, que tenía sus cosas buenas (todo el capítulo final en Valencia) y malas (esa infancia de excursiones campestres…), estrenó Volver y nos fascinó a todos. Ahora llegan esos abrazos, que para un servidor se colocan junto con Kika en las peores películas del manchego. ¿Buscaba contención y le salió aburrimiento? Ni siquiera Chicas y maletas, ese homenaje a Mujeres al borde de un ataque de nervios (el momento de la fotografía que aquí pongo es antológico, eso es verdad) incluido en la historia, o esa mirada estética nostálgica a los 90 salvan la cinta. Que uno es muy fácil de convencer tratándose de un director con el que tanto comparte, oiga… Qué decepción, amiguitos…


En fin, voy a seguir leyendo la nueva novela de Pombo. Eso sí que es grande y no decepciona…

PD. Ah, sí, hace un mes que no escribo nada… Ustedes me perdonen. Razones tuve.