lunes, 16 de agosto de 2010

Cines de verano en Córdoba

Es mentira que uno acabe acostumbrándose a los lujos. Lo sé porque en los meses de calor vivo en una casa inmensa que todavía, cada tarde, cuando subo a cerrar los balcones y ventanas de la planta de arriba, doce en total, me sigue pareciendo el mismo palacio doméstico que a mis diez años. Y por los cines de verano de Córdoba.

Me sigue pareciendo un rito imposible y fantástico que cada noche, en cinco lugares de la ciudad, se enciendan cinco proyectores para presentar cinco películas en recintos al aire libre creados en los años 30 y 40 para ello. Bueno, uno de ellos no, pero es tan sorprendente y circense sentarse en una silla en medio de la arena de una plaza de toros para ver una de Tom Cruise o Toy Story 3 que... también cuenta. Coliseo San Andrés, Cine Delicias, Cine Olimpia, Cine Fuenseca. Fachadas de casas típicas de cal y rejas con macetas formando un patio de vecinos, polígono irregular que utiliza una de sus caras como pantalla. Azoteas que elevan el patio de butacas en busca de la escasa brisa nocturna de ciudad de interior. Solares que podrían ser un parking pero, por obra de gracia de la urgente necesidad de llenar las noches de verano, se transforman en una sala de cine: sólo hace falta una pared blanca, una pequeña torrecita para proyectar, sillas (de hierro en mi recuerdo, plástico ahora, pegadas unas a otras con una cinta para evitar que cada uno se siente a su libre albedrío y desdibuje el cuadro) y el bar. Bocadillos de lomo con pimientos, altramuces y cerveza. En el descanso (aquí se corta en mitad de la sesión, hay que cambiar el rollo, todo manual), la visita a la barra es obligada, aunque yo prefiero levantarme en mitad de la película, escuchar de fondo el diálogo mientras tengo mi propio diálogo con el chaval de la barra. Se ha acabado la tortilla, ¿puedes ponerle tomate natural a la pechuga?, cerveza de botella si puede ser.

También tienes la opción de llevarte la comida de casa. Si esa noche alcanzas la suerte de apoderarte de alguna de las mesas que flanquean la zona de sillas, puedes montarte tu terraza particular. Ayer mismo me pimplé con Álvaro y Nicole un queso de Idiazábal mojado en cerveza Alhambra de esa de botella, cuchillo y barra de pan en mano. Recuerdo otras noches de tupperware de salmorejo y raciones de hummus... Qué gusto.

Cuentan los mayores que en los años 50, 60 y 70 las familias iban todos los días al cine. El verano en Córdoba exige utilizar las primeras horas de la mañana para realizar cualquier actividad que implique movimiento y obliga a salir de noche. ¿Qué otras opciones hay, más allá de sacar la silla a la puerta de casa, si no se tiene patio? Las películas van rotando: la que hoy ves en el Fuenseca, mañana estará en el Delicias. Un método sencillo que te permite ir cada noche al cine que te pilla más cerca de casa. Los que hacen recuento de los desaparecidos llegan a más de cincuenta.

Te acercas a esas taquillas/ventanuco, pagas 3,5 euros y te dan una entrada de cine de las de antes, de cartón de colores. Nada de papelitos plastificados sacados de la impresora, en los que el tiempo borrará rápido el texto. Lo que aquí pasa cada noche es de esas cosas que se quedan impresas para siempre. Aunque sea un milagro repetido cada noche.


7 comentarios:

Pi dijo...

Aquí no hay Me Gusta? pues eso.
Mira, la palabra de verificación es "bente". Pues eso, asín.

Emilú Soares dijo...

¡Bello, Emilio! Sabes, la primera vez que fui a un cine de verano fue en Madrid, en P. Pio. En Caracas no había cines de verano, que yo recuerde, porque lo único más o menos estable es el tiempo, pero teníamos autocines y me ha dado mucha nostalgia. Gracias por recordarme todo eso. Besitos desde Londres, sin cines de verano y casi sin verano.

Música dijo...

un placer para los sentidos y si es en buena compañia de lo mejor de lo mejor de mis veranos en Cordoba. Bonita entrada, bonito tu

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Hice caso de tu palabra de "berificación", como viste, Pi.

Uno hace lo que quiere con los recuerdos, y con lo que los provoca, ¿no, Emilú? Te mando un gran beso para Londres.

La compañía es esencial, claro que sí, musiquera...

el señorito andaluz dijo...

Es una suerte tener algo así en Córdoba, es el plan perfecto para las noches de verano, que no todo puede ser dar vueltas por la misma calle.

Emilio Ruiz Mateo dijo...

Esas vueltas y vueltas merecen la pena, Señorito, usted lo sabe.

Anónimo dijo...

QUIERO HACER UN ESTUDIO DE AQUELLOS CINES DE VERANO EN CÓRDOBA CAPITAL EN LAS DÉCADAS DE LOS 50 A PRINCIPIOS DE LOS 70, NOCHES DE GASEOSAS, ALTRANUCES, PIPAS ... Y SILLAS DE ANEAS LLENAS DE CHINCHES...
RECUERDO CUANO ERA NIÑO CINES COMO DELICIAS, COLISEO SAN ANDRÉS, OLIMPIA, FUENSECA O PLAZA DE TOROS (QUE PERSISTEN EN LA ACTUALIDAD), ADEMÁS TAMBIÉN SE PROYECTABAN EN LA DESAPARECIDA PLAZA DE TOROS DE RONDA DE LOS TEJARES (IDEAL CINEMA, DONDE SE CONSTRUYÓ GALERÍAS PRECIADOS Y POSTERIORMENTE ESTÁ EL CORTE INGLÉS) ADEMÁS EXISTÍA EL CINE RINCONCITO (DONDE POSTERIORMENTE SE CONSTRUIRÍA EL CINE ISABEL LA CATÓLICA, TAMBIÉN DESAPARECIDO), EL CINE MAXI, FLORIDA, ORDOÑEZ, LUCANO, TERRAZA MAGDALENA, CABRERA, ALBENIZ, CÓRDOBA CINEMA, ESTADIO CINEMA (EN EL ANTIGUO CAMPO DE FUTBOL DEL ARCANGEL)TEATRO DUQUE DE RIVAS, CINE CAÑERO, ANDALUCÍA, REALEJO, SAN CAYETANO, CINE IMPERIAL, CINE ELECTRO-MECÁNICAS, CINE MARGARITAS CREO HABÍA ALGUNOS MÁS QUE NO ALCANZO A RECORDAR.
ME GUSTARÍA SI ALGUIÉN PUEDE APORTARME MAS INFORMACIÓN.