lunes, 29 de septiembre de 2008

Siempre tan lejos. Ha muerto Cocó Ciëlo


En lunes como éste uno se hace mayor de pronto. Más aún. Una llamada telefónica a primera hora y la desidia de empezar la semana se convierte en tristeza. “Han matado a Cocó Ciëlo.” Todos los noctámbulos de Madrid la conocían bien. Formó un grupo mítico, Silvania, que murió y se reencarnó en Ciëlo, otra formación que yo adoro. Se ganaba la vida pinchando, y lo hacía como pocos: mezclando la hipnosis de ritmos electrónicos con melodías dulces y canciones. Canciones protagonizadas por personajes complejos. Recuerdo ahora un momento grandioso, la última vez que le vi pinchar, en Stardust, unos de esos segundos que se alargan por minutos, una transición entre dos temas con la sala iluminada en tenue, mil reflejos de bola en las paredes, gente que aprovecha para mirarse y mirar, y ella reinando con una gran canción escondida en la manga.

Cocó Ciëlo tenía fama de mala, algo que nunca entendí después de conocerla. Tomamos más de un café juntos y nos escribíamos a menudo. El luto en nuestros días incluye reencontrar viejos correos y conversaciones en el disco duro. “Mientras tanto, quizás sí debieras procurarte más fiestas, risas y momentos ligeros.” Sabiduría de lo frívolo. Defendía con naturalidad un amor sin géneros, que yo nunca entendí pero secretamente envidiaba. Siempre me pareció la más guapa de la fiesta.

Por terrible y violenta, su muerte se convierte en algo aún más inexplicable. Voy a intentar reírme para que no se enfade. Me gustaba ese genio suyo que escapaba por debajo del maquillaje. Defendía las noches mágicas, pero también las tardes. Su tema “Siempre tan lejos” contiene todo lo que me gusta en música: melodía sencilla, ritmo bailable, inicio retardado y habla de amor.

Siempre fue la más guapa de la fiesta.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Take a lover. Ha muerto Paul Newman


Ayer se murió Paul Newman, y no quiero ver más reportajes que nos cuenten que, además de estar bueno, era muy bueno porque estuvo casado con la misma mujer no sé cuántos años y porque colaboraba con varios proyectos altruistas. Ayer murió y no me da pena por él, sino porque de pronto parece que el color de algunos de mis recuerdos pierde un poco de contraste. Posiblemente era el más guapo. Aunque prefieras la belleza más ruda, como es mi caso, y entonces seas más de Gary Cooper. Aunque lo tuyo sean los rubios de mandíbula inabarcable, y te vaya más un Robert Redford. Da lo mismo. Cuando una concentración de belleza como la de Newman se marcha uno se apena, y se siente un poco bobo por ello.

Hay muchos Paul Newman, pero el que yo siempre recuerdo cuando oigo su nombre (que suena a falso, a perfecto, a sintagma del diccionario, a frase hecha: Paul Newman) es el Brick de La gata sobre el tejado de cinc. Esa película que vi cuando era un moco y entendí a medias, pero que me dejó extasiado. Posiblemente fue una de las primeras veces que relacioné el cine con el deseo carnal; pero no el que se produce entre los protagonistas, sino en la butaca. Cuentan que el director, Richard Brooks, pensaba rodarla en blanco y negro, pero que tanto azul pálido en ojos de Newman y violeta en los de Elizabeth Taylor le hizo cambiar de idea. Gracias a Dios que lo hizo.

Mi recuerdo de esa historia tiene dos momentos. El primero, el de esa tele de programación única que muchos recordamos. La que, cuando había buena película, te colocaban delante después de haberte bañado y colocado la bata de franela. En mi casa, las buenas películas siempre fueron algo sagrado. El segundo es de muchos años atrás, en versión original, solo ya en mi casa y descubriendo “la otra historia” que corre por debajo de esas discusiones matrimoniales entre Newman y Taylor, la que me hizo identificarme esta vez más con él que con ella, y no al revés, como supongo que me pasó de niño.

Creo que voy a verla por tercera vez, aunque quizá esto haga que me sienta un poquito más viejo, porque ya no habrá sorpresa, sino nostalgia. Pero lo haré, aunque sólo sea para volver a sufrir con ese take a lover que le suelta Newman a la deseperada y preciosa gata.



lunes, 15 de septiembre de 2008

Tenemos prisa

Ayer me di cuenta de que tenemos prisa por todo. Por que pasen las cosas y por que se acaben. Por salir de dudas. Se nos ha olvidado que perdiendo el tiempo aprendimos muchas de las cosas importantes que hoy sabemos.

Perdonadme, hoy no quiero ser muy concreto. Son cosas del verano, que aún está aquí, pero marchándose. Esta mañana subí las bicicletas del garage al cuarto de los trastos. Más tarde me tocará guardar el balancín. Doblar la hamaca. Y ya, por último, soltar la tortuga en la piscina. Menos mal que este año la hemos aprovechado hasta el último día y no ha habido que ver cómo el agua azul se iba volviendo verdosa poco a poco.

Ahora la tortuga nada feliz por un lugar cien veces mayor que el cubo en el que pasó los últimos meses y yo le doy vueltas a la idea de que tenemos prisa por todo. Y no deberíamos.

En el AVE de vuelta a Madrid, una pantalla me informa constantemente de la velocidad que llevamos. 260 km/h. Y a mí qué.

La tortuga de mi casa, en su primer baño de septiembre.

martes, 9 de septiembre de 2008

Me he enamorado. De Soko

Soko es francesa, tiene 21 años y una canción que desde hace dos días canturreo sin parar. Me bastó escucharla una sola vez para caer rendido a sus pies. Eso y ver una foto


o dos


para enamorarme de ella.

En la canción, I´ll kill her, Soko cuenta lo que se había imaginado que iba a pasar con el chico que le gusta. Cenar en el restaurante preferido de él, ése, el de al lado de su casa. Un cine. Conocer a sus padres y caerles bien. Hasta tener una niña juntos, llamada Susan y que naciese en Japón.

Pero él no sueña lo mismo, y pasa de llamar a la dulce Soko. Se ha ido con otra. Y Soko se va calentando mientras canta. La mataré, lo juro, la mataré. Ella robó mi futuro, rompió mi sueño. La mataré. Que sí, que lo hago…

Creo que nunca he sentido esa rabia hacia una tercera persona, pero debe de ser un alivio sentir tan claro dónde reside tu mal. La mataré. Qué desahogo.

Os presento a Soko.




I'll kill her


so, of course, you were supposed to call me tonight
you were supposed to call me tonight
we would have gone to the cinema
and, after, to the restaurant, the one you like in your street

we would have slept together, have a nice breakfast together
and then a walk in a park together, how beautiful is there!
you would have said "i love you" in the cutest place on earth
where some lullabies are dancing with the fairies

i would have waited like a week or two
but you never tried to reach me
no, you never called me back
you were dating that bleach-blonde girl
if i find her, i swear, i swear...

i'll kill her, i'll kill her
she stole my future, she broke my dream
i'll kill her, i'll kill her
she stole my future when she took you away

i would have met your friends, we would have had a drink or two
they would have liked me, 'cause sometimes i'm funny
i would have met your dad, i would have met your mum
she would have said "please, can you make some beautiful babies?"

so we would have had a boy called tom and a girl called susan, born in japan

i saw it was a love story, but you don't want to get involved
i saw it was a love story, but you're not ready for that ...

me neither. i'll kill her
she stole my future, she broke my dream
i'll kill her, i'll kill her
she stole my future when she took you away

she's a bitch you know, all she's got is blondeness
not even tenderness, yeah, she's cleverless
she'll dump your arse for a model called brendan
he will pay for beautiful surgery 'cause he's full of money

i would have waited like a week or two
but you never tried to reach me
no, you never called me back
you were dating that bleach-blonde girl
if i find her, i swear, you know, i swear, i swear ...

i'll kill her, i'll kill her
she stole my future, she broke my dream
i'll kill her, i'll kill her
she stole my future when she took you away
i'll kill her, i'll kill her
she stole my future, she broke my dream
i'll kill her, i'll kill her
she stole my future when she took you away

man, i told you, you know, if i find her,
i really, i, i mean, i'll kill her, for real!
it's like for sure, you have to know, uh,
i mean, you know, i can do it, man,
i'll kill her.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Las fotos mienten

Las fotos mienten. Y son peligrosas. Uno mira de reojo a cierta persona que apenas recuerda (el tiempo, la mala memoria fisonómica, la fugacidad de una noche) y el interior se le da la vuelta. Inocente, abre uno un libro que leyó hace años y encuentra esa imagen. Ésa.

Yo quiero hablaros de mis últimos días de vacaciones, que pasé en Málaga con Música y Planetote, a los que muchos de aquí “conocéis”, aunque sea sólo por sus comentarios (…he de deciros que muy, muy pronto, tendrán sus propios blogs…). Pero resulta que no lo hago porque no encuentro ninguna foto que resuma ni de cerca cómo lo pasamos. Y no será porque no tiramos de digital… Será que los desnudos playeros no lo permiten. Que la noche en Torremolinos es inenarrable, ni en imágenes. Que una mañana nos levantamos artistas y grabamos una sesión de videoclips que ya quisieran los de MTV. Que el mejor escondite para huir de la feria es la playa más apartada, ésa en la que sólo huele a los últimos espetos del día y a biznagas.

No hay foto que valga.

¿Y qué me decís de esa fotografía que le piden a uno desde el otro lado del charco para presentarse? ¿Cómo se resume uno en una imagen? Tengo serios problemas para mantener la cara quieta cuando veo una cámara: miro para un lado, hago una mueca absurda, me muevo, pongo la mano delante…

Hoy no me ayudan las fotos. Todo son fotos inútiles hoy.

Sólo se me ocurre poner esto para resumir cinco días de mamarrachadas varias y mucho, mucho mar.


Y es que resulta que en Málaga hay playas de verdad, no sólo de paseo marítimo con tiendas de flotadores y lista de espera para tumbarse.

Bueno, ésta también.


Feliz septiembre, fantásticos. Todo empieza de nuevo.